Fue en el siglo XVI, durante el reinado de Isabel I, cuando se produjo el empujón definitivo para que Inglaterra se convirtiera en una de las grandes potencias de Europa y, por tanto, del mundo. La monarquía inglesa de esa época diseñó las estrategias que la conducirían a su dominio mundial, basadas en dos aspectos determinantes: unas finanzas saneadas y una poderosa maquinaria naval.
Destacó en ese periodo, en favor de la imposición de la supremacía inglesa, el corsario y explorador sir Francis Drake (1540-1596). Estaba al servicio de la monarquía inglesa, dedicándose a hostigar las posesiones que España tenía en el Nuevo Mundo.
El año 1577 realizó una expedición a Sudamérica y saqueó numerosos barcos y ciudades españolas desde el Caribe hasta Chile y Perú. Y cuando regresó a Inglaterra tres años después (1580), entregó a la reina Isabel 47.000 coronas, que correspondían a los beneficios de las 1.000 coronas que ella había invertido en la expedición.
Este enorme rédito fue lo que permitió a la corona inglesa fundar el Banco de Inglaterra. Es decir, que la fundación de un banco tan importante como el de un imperio que llegó a ser impresionante y muy poderoso e influyente a partir de entonces, se debe a los fondos obtenidos a través de la piratería; lo cual debe hacernos reflexionar que, a partir de entonces no tiene por qué cambiar nada la cuestión de que siga manteniéndose a través de esa misma piratería, solo que más moderna y disimulada.
Y no creo que cambie mucho el discurso ni las conclusiones si, en vez del Banco de Inglaterra, ponemos otro cualquiera. No deja de ser curioso que, lo que los piratas conseguían en sus correrías, fuese llamado… ¡Botín!
TZI
The Zarramonza Inquirer 
Hombre, de casta le viene al galgo y me parece que la cosa no ha cambiado demasiado, sólo que entonces se jugaban el tipo y ahora no se mueven de sus cómodos despachos…
Abrazos
Así es, siguen robando como siempre, pero arriesgando cada vez menos.
Un abrazo
🙂
Si la verdad es que en lugar de ser «la realidad» todo esto parece de chiste…. de monólogo de esos de cosas absurdas que exageran lo real ….
A veces pienso que aún no hemos evolucionado a humanos .. nos hemos quedado en peces que hemos tragado el anzuelo hasta atrás.
Esta tarde-noche me haré una buena sesión de Reiki y otras terapias bioenergéticas… Enviaré «redes» de conexión … si algún cetáceo de la tropa se anima…. que se enchufe … De momento no cobran impuestos, ni tasas y es inmune a los piratas y las pirañas.
Besabrazos energéticos
Ojalá fuese chiste, pero desgraciadamente es la realidad. Yo continuamente pienso que no hemos evolucionado, nos queda muchísimo camino por recorrer antes de ser realmente racionales, como nos decimos ser.
Besabrazos energéticos… me gusta.
Pues más besabrazos energéticos para este día de Hoy en el que abro una nueva ventana donde tambien podemos encontrarnos
http://conhachedehumanidad.blogspot.com/
Enhorabuena, te seguiré con mucho interés.
Aquíi la banca March empezó igual. eran unos piratas de la Baleares que legalizaron sus ganancias pirateriles….
Igual dentro de poco vemos a los etarras como dueños de gordos bancos de jugosas y grasientas ganancias.
Bueno, sólo puede haber piratas, mientras haya gángsteres que van disfrazados de buenos. No es que se estén robando unos a otros, sino que luchan por poder seguir robando. Todo conflicto, si se extiende más allá de una generación, acaba siendo un conflicto familiar.
Ahora ya quedan muy pocas riquezas por poder ser destripadas entre los que llevan destripando desde hace miles de años. Ya controlan casi todo. Están todos en ese empate de riqueza, justo todo lo contrario a lo que aspiraban.
Han agotado todas las posibilidades de riquezas. La que queda, la de la vida interior y la consciencia… esa sigue tan inalcanzable hoy como hace miles de años. Peor: con toda la estúpida carrera por sustituir la consciencia abrazando la simulación, se han perdido muchas de las vías más exquisitas para esa búsqueda interior en condiciones. Se han perdido miles de miles de años, y al econocida eso le comienza a pesar brutalmente.
La familia Rothschild, o los March, los Botín y demás ejemplos más visibles del econocidio bien enterados están de como está acelerando el cosmos los acontecimientos. Observar como invierten en energía y fuentes de energía no demuestra que desconfían de sus propios valores base, sino que muestra el abandono definitivo del sistema financiero como base de sus riquezas y operaciones. Ya saben que no será la falta de productividad o eficacia humana que decidirá la contienda, sino que será el cosmos que hará polvo toda estructura basada en el conteo de segundos, minutos, meses y años. Se agarran ahora al control de lo básico, que ya no es el dinero, sino la energía. Creen que así sobrevivirán las embestidas del cosmos.
No se pueden creer que sean ellos la generación que perdió el control. No después de haber crecido como flor de cientos de generaciones exitosas y econocidas a tope.
Ignoran adrede su final, porque después de miles de antepasados triunfando sobre el vulgo, exprimiéndolo y desgraciándolo, les parece inconcebible que ese mismo vulgo sea el pueblo elegido, mientras que ellos se enfrentarán a una decadencia hiperacelerada.
Es que el cosmos ya no es lo que era. Alguien parece que se cabreó lo suficiente para pegar con un puño de consciencia sobre la mesa de jugadores dormidos.
Hay una playa en Mallorca que esa familia March ocupa todavía hoy. De aquí diez años ya no tendrá verja, ni habrá corruptos destrozando los pinares para levantar absolutamente nada.
En el fondo les deseo que tengan esas naves para escaparse a Marte. Y que lo logren, a pesar del anillo de radioactividad, a pesar de las mentiras de un espacio vacío, a pesar de su increíble estúpidez y egoísmo.
Nos ahorrarían tener que asistir a su final, y como no tienen lo que hay que tener, será bochornoso.
Abrazos,
Miguel